Sorprende, no es una trama al uso, aunque así se deja ver. Conforme simpatizamos con la historia y los personajes nos percatamos que estamos ante algo diferente. Un halo de misterio nos inyecta la dosis necesaria de intriga e interés.
Con un hacer suave Gala nos desliza por los caminos de la decadencia del ser humano a través del personaje de Gaspar Barahona para hacernos ver que siempre hay elección..., otra senda, la que conduce a la excelencia del ser, hecha carne en el misterioso personaje de Minaya, "alter ego" de Gaspar.
Una parábola que describe al ser humano y a la propia humanidad en constante lucha, dualidad eterna, Gaspar versus Minaya, dos caras de la misma alma que trasciende dejando atrás una existencia salpicada de prejuicios, taras y limitaciones impuestas por el hombre así mismo, y que resucita en un amanecer de luz, un despertar consciente al mundo en el que el amor del imposible olvido, ese amor incomprensible e indefinible es el único camino que conduce a la libertad, y a la verdad.
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